Las mujeres romanas pasaban horas embelleciéndose y arreglándose, pues había estándares de belleza altos por mujeres jóvenes y hermosas. El maquillaje era una necesidad para cualquier mujer que quisiera casarse, y en este pequeño viaje al pasado de la belleza se explican trucos que usaban los romanos para adornarse todos los días.
Piel
Las mujeres romanas deseaban tener piel impecable y perfecta, por lo cual se colocaban cremas y mascarillas. Hacían sus mascarillas de hinojo, mirra perfumada, pétalos de rosa, incienso, sal gema y jugo de cebada. Sus cremas faciales eran de lanolina de la lana de oveja sin desengrasar, almidón y óxido de estaño, para suavizar y blanquear la piel. Deseaban una piel muy blanca, y para aclarar el rostro se empleaba una base de maquillaje elaborada con vinagre, miel y aceite de oliva, agua de rosas,azafrán, y más ingredientes. Para que su piel aparentara ser más blanca, la moda era que las mujeres se marcaran venas azules en las sienes, para parecer más pálidas. También resaltaban sus pómulos coloreandolos en tonos rojos como símbolo de buena salud. Para evitar arrugas, se aplicaban mascarillas de arroz y harina de habas, o se lavaban con leche de burro hasta siete veces al día.
la idea de limpieza de los romanos era muy diferente a la que tenemos hoy en día, pues no siempre se bañaban o lavaban su ropa, ya que los baños no eran para higiene sino para uso recreativo. Sin embargo, las grandes ciudades tenían termas en las que los visitantes podían disfrutar de piscinas con agua fría, templada o caliente. A los romanos de clase alta les importaba tener cuerpos puros y limpios, por lo cual empezaron a depilarse con la ceniza caliente de cáscaras de nuez, hasta que empezaron a rasurarse. También solían arreglarse los pies y las uñas con linaza para afinarlos. usaban vinagre para no solo curar sino que disimular cicatrices y heridas. Los romanos usaban aceites para limpiarse de grasas y polvo, y placas arqueadas en vez de esponjas. utilizaban el mismo aceite para masajes, desodorantes, para el cabello y más.
Los ojos de una mujer romana deberían de ser grandes con pestañas largas, para lograr esto usaban un instrumento redondeado sumergido en aceite o agua para perfilar los ojos con delineador traído de Egipto, la galeana. También utilizaban kohl para oscurecer sus párpados para aparecer más grandes. Los egipcios fueron una gran influencia de belleza para los romanos, y usaban sombra de ojos de colores negros y azules, de azulita molida y ceniza. las pestañas las hacían más negras y gruesas con una mezcla de huevos de hormigas y moscas machacadas. usaban esa misma mezcla para las cejas, con la meta de alargarlas después de perfilarlas con pinzas. Era muy atractiva una mujer con cejas unidas sobre la nariz, casi uniceja.
Cabello
Las romanas de clase alta contaban con una ornatrix, las expertas peluqueras. Ellas eran las únicas que sabían utilizaban con gran habilidad el rizador de hierro, y muy hábiles al cortar el cabello siendo también verdaderas profesionales en el uso de las tijeras. También solían emplear productos para suavizar el cabello y estimular su crecimiento a base de tónicos y aceites. Lucir cabello brillante y saludable se asociaba con la belleza. Los hombres acostumbraban a dejarse largas la barba y el cabello, y no fue hasta la época imperial que los hombres empezaron a cortar su cabello. las calvas, canas y alopecia eran mal vistos, pues mostraban vejez y debilidad, así que se combatían con diferentes métodos. Aquellos de clase alta podían conseguir pelucas importadas de la India o Germanía, dependiendo del color de la peluca. Las mujeres llevaban el cabello largo, usualmente recogido en diademas o trenzas. Sus peinados dependian si la mujer estaba casada o soltera; las solteras recogían su cabello hacia la zona de la nuca mediante un moño a base de trenzas o una cola de caballo, mientras que las mujeres ya casadas llevaban su cabello recogido con seis trenzas. También se influenciaron con la belleza griega, se teñían el cabello de color amarillo rojizo con jabones hechos de sebo y cenizas para ocultar las canas. cuando la tendencia cambió y era más atractivo el cabello rubio, algunos romanos ricos se echaban polvo de oro sobre el cabello.
Durante la antigua Roma la distinción entre masculinidad y feminidad se empezó a definir en el mundo de la belleza, pues también tenía connotaciones de poder y política. Esperamos que hayas aprendido en este pequeño viaje a la belleza antigua, el mundo de la belleza tiene una gran historia que aún comienza.
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